miércoles, 6 de agosto de 2008

La Oficina Orweliana. Parte I

Lunes 4 de agosto 9:01 am.

Llegué a la oficina como cada lunes, con ganas de no hacer nada y con la angustia de no hacer nada, corrí las cortinas abrí las ventanas respire el aire fresco contaminado, advertí en ser el primero en llegar a sus labores por lo que me encamine a preparar el café cumpliendo con la regla no escrita ni dicha de que el primero que llega pone la cafetera, espere a que el café estuviera y luego con la taza de café caliente me senté en el escritorio, bueno en la silla frente a mi escritorio no sobre el escritorio, prendí la computadora y de repente…alcé la mirada…

¿Qué vi? No lo podía creer. En una esquina del techo de mi oficina sobresalía un artefacto por todos reconocido, un artefacto pequeño de color negro con una lente. ¡Sí, era una cámara!

Me acerque despacio, aunque había identificado el objeto, mi cerebro necesitaba confirmar la información, además de que siempre he sido lento para asimilar lo que me sorprende, de pronto me observe como un caballero decimonónico que viajando por el tiempo había llegado hasta nuestros días y estudiaba con curiosidad infantil el artefacto que descubría y el cual no le indicaba rastro de su funcionamiento o el fin de dicho aparato.

En mi cabeza comenzó una voz así como en fade in: no mames, no mames, no mames, no mames… ad infinitum, las manos comenzaron a sudarme corrí como un poseso hacia la recepción ¿Qué encontré? ¡Sí, cámaras por doquier!, debo decir que en ocho años de trabajar en esta empresa jamás habíamos tenido cámaras, busque en las demás oficinas y se encontraban en las mismas condiciones de gachas que la mía, no, a eso no me refiero, si no que tenían cámaras.

Trate de serenarme apelando a mi condición divina de hijo de Dios, fui hacia mi lugar me senté, mis ojos estaban perdidos, no me refiero a que se hubieran extraviado, vaya que miraba hacia la nada tumefacto de indignación.


***


9:24 a.m.

Como se habrán dado cuenta mis coworkes no son muy puntuales y hasta esta hora llego uno de mis amigos, a pesar de que la entrada es a las nueve de la mañana, al cual acudí ipso facto y le señale las cámaras contestándome:

¡¡¡¡Cámara gooeeii!!!!

A lo que dije. guey son cámaras. Mi interlocutor reacciono de forma graciosa ya que comenzó a reírse histéricamente, pensé que a lo mejor las cámaras eran graciosas, a lo mejor tenían colores chistosos, pero por mi daltonismo no podía distinguir o era esquizofrénico, no yo sino mi acompañante, y las cámaras le hablaban contándole chistes.

Por fin llego Fer alguien inteligente con el que podría discutir sobre el asunto, ya que mi primer compañero se encontraba en ataque de risa, por un momento temimos que le diera un infarto directo al miocardio, pero bueno empezamos Fer y un servidor con las elucubraciones pertinentes respecto de la invasión de cámaras de las que éramos objeto, Fer atino a decir:

Tal vez es un reality de oficina.

Continuara…

3 comentarios:

Talìa Race dijo...

Es estraño eso de verte sorprendido de que eres observado en la oficina.
Pero bueno las empresas inventan
estas formas extrañas para tener checado a su personal.
Esta muy simpatico tu post.

Talìa Race dijo...

Digo que es extraño, perdón es que se me cuatraperon los dedos

Anónimo dijo...

"Big Brother is watching you" ja ja ja ja (risa retorcida)