Es increíble la capacidad que tienen nuestros cerebros para olvidar cuando a este le retuercen, adrede, la realidad del pasado inmediato, pero también es un misterio como algunas personas, no pongo mujeres para no entrar en debates de género, recuerdan minucias circunstanciales de modo tiempo y lugar de hechos intranscendentes acaecidos hace mucho, mucho, pero mucho tiempo en lejanas galaxias y en dimensiones por demás desconocidas.
Ahora a todos los H. integrantes de la oficina se les ha olvidado los acontecimientos pasados cuando se pusieron las cámaras y todos sentíamos que se violaba flagrantemente nuestro derecho a la intimidad, a nuestras pertenencias y libertá. Y se han trasgiversado tanto los acontecimientos que ahora ya nadie recuerda su secuencia. La verdad ya no es, ya no tenemos referencia de nada, es como cuando a la gente se le olvida los acontecimientos que saturaban los medios la semana pasada…
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En fin lo anterior lo comencé a escribir el viernes de la semana pasada con la firme intención de publicarlo, pero el exceso de trabajo que tuve ese día me impidió terminar el post. Pero tal y como refiero en los párrafos anteriores se me ha olvidado la intención del post o por donde iba y ahora me parece una divagación ahora pienso en los acontecimientos del largo fin de semana en las bombas de Morelia y me pregunto: ¿las bombas nos harán olvidar el secuestro Martí? ¿Las bombas nos harán no pensar en la crisis financiera gringa?
Debo decir que siempre he sido un abúlico ante los acontecimientos del mundo. Así que olviden mi intento de ser políticamente correcto y bienvenida la paranoia que se dio en 1994, gracias a los acontecimientos de una supuesta guerrilla al sur del país de la que ya nadie se acuerda salvo los que realizan tours, perdón caravanas, en busca del autógrafo del guerrillero de petatiux y del Magnicidio de un político que si no lo hubieran asesinado, seguro, que hubiera cambiado al país y nos hubiera llevado de la mano al primer mundo.
A partir de hoy las revisiones para entrar a cualquier edificio público y evento serán minuciosas y autoritarias pero como sucedió hace 14 años se nos olvidara en el momento que ocurra otro acontecimiento que nos aliene. Solo las personas que tuvieron la desgracia de encontrarse en el lugar recordaran las bombas de Morelia. ¡Pero que diablos si yo solo soy un oficinista!
p.d. Una máxima que me diré a mí mismo y que no tendré que olvidar: “si no tienes nada que postear mejor no lo hagas.”